Crece la angustia por el submarino


“Un ruido constante” que fue percibido por dos embarcaciones y que fue detectado en el área de búsqueda del submarino San Juan, que con 44 tripulantes a bordo permanece desaparecido desde hace cinco días en aguas del sur argentino, en la zona del Golfo de San Jorge, constituía hasta las primeras horas de la noche de ayer la mayor esperanza para dar con el paradero del submarino perdido. Sin embargo, todo se diluyó con el correr de las horas.

Es que la Armada Argentina descartó anoche que los ruidos detectados en forma constante provengan del submarino San Juan, aunque aseguró que la búsqueda continuará hasta dar con la nave.

“Este ruido se ha analizado y no corresponde a un submarino, son ruidos biológicos del mar, de todas formas tres buques irán a la zona con una sonda multihaz para que no queden dudas”, aseguró Enrique Balbi, vocero de la Armada Argentina.

El funcionario remarcó que “va a continuar el patrón de las operaciones como lo venimos haciendo desde hace cinco días, confiamos en que va a mejorar la meteorología y se pueda hacer en la zona un patrullado efectivo”.

La fuerza había comunicado por la tarde la presencia de un ruido constante que había sido percibido por dos buques de la Armada y que se iba a analizar su origen.

El submarino San Juan es buscado desde el miércoles pasado cuando estableció contacto por última vez. Allí recibió la orden de culminar su tarea de patrullaje en la zona de Península de Valdez y regresar a su base de Mar del Plata, ya que había reportado una avería.
Balbi explicó además que “el tema de los siete días de oxígeno es cuando la situación es crítica y eso no lo sabemos, no conocemos si está sumergido o en la superficie”.
El vocero se mostró esperanzado por la situación meteorológica de hoy, ya que “cuando hay menos oleaje y menos altura de las olas los sensores de la marina de los países con más tecnología van a poder trabajar mejor”.

“El rastrillaje va a durar hasta que se localize el submarino. Los familiares están controlados. Tuvimos una esperanza con el tema del ruido, algunos dijeron que se trataba de los golpes en clave morse contra el casco, les pedimos (a la prensa) que difundan las fuentes confiables, que es la Armada Argentina”, subrayó el vocero.

Aclaró además que cuando se mencionó los 200 metros de profundidad de los ruidos, “esa no es la inmersión del submarino” y remarcó que “los ruidos se pueden hacer en forma activa o pasiva, cuando es activa se detectan en los sonares y se trabajan con radares”.

La cuestión de los ruidos detectados había cobrado importancia ya que se habían detectado en la zona en la que debería haber tomado el submarino en su ruta hacia Mar del Plata.

Por su parte, Gabriel Galeazzi, capitán de navío de Mar del Plata y otro de los voceros de la Armada, destacó que está la tecnología a nivel mundial más moderna para estos procedimientos”.

También la Armada había descartado que los siete intentos de llamada detectados el sábado entre las 10 y las 15 hayan provenido del submarino, lo que generó “una angustia muy fuerte” en los familiares de los tripulantes que aguardan novedades en la Base Naval de Mar del Plata.

En el área de búsqueda hay 14 unidades navales y 10 aviones, entre los argentinos y de países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Chile, Uruguay, Brasil y Perú, lo que fue calificado por el vocero de la Armada como “el operativo de mayor magnitud de los últimos 30 años” para la fuerza.

El ARA San Juan, construido en Alemania y que está en servicio desde 1985, había partido desde Ushuaia con 44 tripulantes a bordo y tenía previsto llegar a Mar del Plata el domingo. Pero a la altura del Golfo de San Jorge, mientras realizaba tareas de patrullaje, cerca de la Península de Valdez, comunicó el miércoles pasado que tenía una avería, por lo que inició su viaje hacia Mar del Plata, aunque nunca volvió a comunicarse.

EL RUIDO PERDIDO

Los ruidos constantes detectados en la zona habían conformado la mayor esperanza para hallar a la embarcación.

Inclusive el vocero de la Armada Argentina, Enrique Balbi, había confirmado la existencia de ese ruido, y añadió que fue detectado “a la altura de la Península Valdés, a 360 kilómetros de la costa, en el borde del talud, donde hay una profundidad promedio de unos 200 metros”.

“Esa zona es la que debería haber tomado el submarino en su ruta a Mar del Plata”, detalló Balbi.

El “ruido permanente” había sido escuchado por una corbeta a través de su casco de manera pasiva, y luego por un destructor de la Armada, que se acercó al lugar y escuchó el mismo ruido.

A partir de esa escucha se envió a la zona a la aeronave de exploración antisubmarina P-8 de la armada norteamericana, donde sembró “fonoboyas pasivas”.

En caso de que ese ruido hubiera resultado positivo, es decir que proviniera del submarino, anoche mismo se hubieran iniciado las tareas de rescate, aunque nada de esto sucedió.

La Armada también había confirmado que el submarino comunicó un principio de avería en una batería antes de perder contacto, lo que obligó a “cambiar el derrotero” y dirigirse directamente hacia Mar del Plata, pero que no había que asociar ese problema a la desaparición.